jueves, 9 de septiembre de 2010

"Resolución de Conflictos Grupales"

Los conflictos son situaciones en las que dos o más personas entran en oposición o desacuerdo a causa de la incompatibilidad entre sus intereses, necesidades, deseos o valores. Para la resolución del conflicto deben darse dos condiciones básicas: el enfrentarse al conflicto y el definir posiciones e intereses.
 
Enfrentarse al conflicto: es el primer paso, reconocer que existe un problema. La buena disposición, el diálogo y sobre todo un abordaje rápido y objetivo, son variables que propician la resolución del mismo.

Definir posiciones e intereses: las posiciones son lo que cada parte trata de alcanzar y pueden constituir las causas del conflicto. El interés es la razón por la cual se desea satisfacer el objetivo.

En la resolución del conflicto hay que establecer una secuencia de actuación:

1. definir el problema. Acotarlo para que sólo se trate ese problema y no otros que pueda tener el grupo, ¿qué está pasando?, ¿qué va mal?.

2. Analizar las posibles causas. Preguntarse cuál es la causa principal del problema y en qué afecta a las partes implicadas en el conflicto.

3. Definir claramente los objetivos. Establecer qué se quiere conseguir y un orden de prioridades para conseguirlo.

4. Buscar alternativas posibles. Hacer una lista de soluciones, buscando los beneficios mutuos.

5. Elegir la mejor solución. Intentar que ninguna de las partes salga perdiendo. Hay que averiguar qué están dispuestos a ceder para propiciar la resolución del conflicto.

Para que se considere que la resolución del conflicto ha sido la adecuada, las dos partes que configuran la situación problemática tienen que quedar satisfechas con la solución escogida. Sin duda alguna, la resolución de conflictos de forma satisfactoria es una de las técnicas más difíciles de llevar a la práctica en la vida real.

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